«La gente nos demanda más humildad, nos demanda un proyecto en serio, nos demanda que la política no sea un
lugar oscuro donde es difícil encontrar grandeza y generosidad, sino un lugar transformador, donde se puede cambiar
la realidad. No son cambios fáciles para la política ni para la sociedad. No hay una sino muchas grietas construidas
desde la desconfianza en el otro y desde la comodidad que otorga el prejuicio: es mucho más fácil hacer política si
hay buenos y malos. Corruptos y honestos. Neoliberales y populistas. Ricos y pobres. Indiferentes y sensibles.
Esta actitud nos trajo hasta acá y nos hace volver una y otra vez al mismo lugar. Yo creo que es mejor tomar otro
camino, más difícil, más largo, menos popular: el camino de tratar de entender al otro, de escuchar en serio en lugar
de dar una respuesta automática, de querer que la sociedad elija por convicción, no porque el otro es malo, sino
porque nosotros somos mejores, aun cuando eso suponga un riesgo. Esto es para mí la política».
María Eugenia Vidal
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