El 16 de abril de 1984, mientras en Uruguay se negociaba el regreso a la democracia luego de once años de dictadura, el médico uruguayo Vladimir Roslik, oriundo de la comunidad rusa de San Javier, murió como consecuencia de las torturas que un grupo de militares le infligió durante su detención en el cuartel n.° 9 de Río Negro. Su muerte fue motivo de alarma y conmoción en una sociedad que anhelaba el fin de una etapa terrible de la historia nacional.
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