Yo conozco una mamá que tiene un hijito alto, pero tan alto que si levanta el brazo puede poner a un pajarito en su nido. Y tiene también una hija tan pero tan bajita que usa una escalera para subir a la cama cuando va a dormir.
También conozco una ballena y un pez espada que son amigos del alma.
Pero hoy, te voy a contar la historia de Luni, una perrita cocinera a la que un domingo de sol le cambió la vida para siempre.
¡¡Ojalá te guste!!
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