Milagro En Los Andes

Octubre de 1972. El avión Fairchild F-227 de la Fuerza Aérea Uruguaya, que transportaba a un equipo de rugby uruguayo acompañado de familiares y amigos a un amistoso en Chile, se estrella en lo profundo de los Andes. De los 45 cinco pasajeros a bordo, 29 sobrevivieron al accidente y solo 16 son rescatados con vida en lo que se conoció como uno de los desastres aéreos más famosos de la historia. En Milagro en los Andes, el uruguayo Nando Parrado -principal responsable de rescatar a sus amigos en la montaña tras 72 días de agonía- es el primero de los supervivientes en contar, con extraordinaria franqueza y sensibilidad, su propia versión del accidente. El resultado supera el simple relato de una aventura real: es una mirada reveladora a la vida al borde de la muerte. Tras el impacto de la caída, Nando estuvo inconsciente durante tres días con los huesos del cráneo rotos en varios pedazos, antes de despertar y descubrir que muchos de sus amigos estaban muertos o muriendo, entre ellos su madre y su hermana. Refugiados en parte del fuselaje del avión, un glaciar yermo a más de 4.500 metros sobre el nivel del mar, sin provisiones ni medios para pedir ayuda, Nando y sus amigos -la mayoría jóvenes de entre 19 y 21 años- lucharon para soportar el frío temperaturas de hasta 30ºC bajo cero, avalanchas mortales, sed, el demoledor dilema de verse obligado a comer carne humana para no morir de hambre y, finalmente, la desoladora noticia, por una radio que aún funcionaba mal, de que la búsqueda para ellos había sido cancelado. En medio de la desesperación, el miedo y la desolación que embargaba cada vez más a aquellos jóvenes, el pensamiento de Nando se volvió hacia su padre, que imaginaba estaba atormentado por el dolor. A diferencia de sus amigos que aún albergaban la esperanza de que un equipo de rescate pudiera salvarlos, estaba seguro de que la única forma de sobrevivir sería escalar las montañas y buscar ayuda. Después de algunos intentos fallidos de salir del lugar del accidente, Nando tomó una decisión final: tenía que volver a casa o morir en el intento. Después de sobrevivir durante dos meses a todo tipo de calamidades físicas y psíquicas, fue en el amor por su padre que Nando encontró la fuerza, junto a su amigo Roberto Canessa, para cruzar los Andes con la esperanza de encontrar ayuda. Después de recorrer la increíble cantidad de 100 kilómetros en 10 días de caminata y escalada por las montañas, completamente exhaustos y sin fuerzas para continuar, los dos conocen a un campesino que les salvaría la vida. Nando seguiría guiando al equipo de rescate hasta el lugar del accidente. Sus otros 14 compañeros también estaban a salvo. Escrito en colaboración con el escritor estadounidense Vince Rause, Milagro en los Andes es el ejemplo perfecto de cuando la realidad supera, y de lejos, a la más creativa de las tramas ficticias.