En la noche oscura, chucu-chuá... tan rápido como una centella..., en el silencio lo oirás llegar bajo la luz de las estrellas.
El tren de los sueños llega a la estación. Hay que cargar las mercancías: los osos polares meten los helados en el vagón frigorífico, los elefantes llenan los tanques de pintura, las tortugas colocan los coches de carreras en el vagón porta-automóviles, los canguros se ocupan de que las pelotas vayan en sus contenedores. ¡Los entusiastas de los trenes tienen asegurados los más dulces (e imaginativos) sueños!
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