Cuando abre los ojos, Willem ignora en qué lugar del mundo se encuentra.
Todo cuanto sabe es que, una vez más, está solo y que necesita dar con una muchacha llamada Lulú. Pasaron un día mágico en París y algo en ese día, en esa muchacha, hace que Willem se pregunte si su destino no será estar juntos. Desde entonces viaja por todo el mundo, de México a la India, con la esperanza de encontrarla. Pero pasan los meses y ella sigue mostrándose elusiva, por lo que Willem empieza a preguntarse hasta dónde la fuerza del destino es tan poderosa como pensaba.
Compañera tan romántica como emocional de Sólo un día, esta es una historita sobre las elecciones que hacemos y los accidentes que ocurren, así como de la felicidad que se produce cuando ambas circunstancias se cruzan.
"Los lectores se sintieron fascinados por Si decido quedarme, y ahora Forman, los ha cautivado de nuevo con los personajes de Sólo un día.
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